Unas semanas después de haber
acabado con éxito nuestra aventura por los Pirineos completando la Pedales de
Occitania, creo que tengo ya distancia temporal suficiente como para poder
valorar los maravillosos cuatro días que pasamos mi gran amigo Rubén y yo dando pedales por
allí.
Pedales de Occitania es una
aventura, un viaje en bicicleta de montaña que trascurre por la cara norte de
los Pirineos, más concretamente en lo que fue el antiguo Condado de Cominges y
que está enmarcado en un territorio más extenso que se denomina Occitania.
La extensión actual de Occitania
incluye todo el Pirineo central francés y parte del español, y una buena parte
del noroeste italiano, el Piamonte. Occitania, territorio llamado así desde la
baja Edad Media se caracteriza por ser cuna de lenguas romances, de entre las
que cabe destacar la lengua de Oc, el lemosín e incluso el aranés (idioma
hablado íntegramente en el Valle de Arán).
Occitania se caracteriza por lo
cerrado de sus valles, lo que originó que los asentamientos humanos que establecían
su hogar en cada uno de ellos evolucionaran, culturalmente hablando, de una
forma diferente. Eso explica la diversidad de sus lenguas y de sus costumbres
como también explica la aparición de feudos independientes donde un señor
feudal, conde o duque se erigía como señor del valle y de su zona de
influencia. Con la aparición de las vías de comunicación entre valles (vías de
comunicación aún en uso y por las que tuvimos la suerte de ciclar), los feudos
empezaron a integrarse debido a la lucha entre los señores, produciéndose
condados y ducados mucho más extensos que los originales. Uno de estos condados
fue el condado de Cominges (comminges o cominge en francés y occitano
respectivamente). El condado de Cominges se extendía por todo el pirineo
central francés y parte del pirineo central español, incluyendo en sus dominios
el actual Valle de Arán.
Lo cerrado de los valles y lo
abrupto de sus montañas caracterizan a un paisaje francamente espectacular, con
montes de 2500 metros de altura rodeados por los colosos pirenaicos como el
Aneto y el Posets Maladeta. Un espectáculo natural casi indescriptible y que
nos regala un sinfín de abetales, hayedos, abedulares, avellanales salpicados
de helechos, musgo y líquenes todo ello bañado por innumerables arroyos y ríos
de una salvaje belleza difícil de describir. Rocas, estepas, verdor, frescor y
frescura, en definitiva, naturaleza en estado puro por la que la mano del
hombre ha tratado de construir sus vías de acceso y comunicación. Vías que
trascurren por bosques cerrados en los que apenas penetra la luz del día.
Caminos que parecen túneles. Caminos que te retrotraen a más de mil años atrás
y donde no es difícil imaginar un campesino con un carro cargado de paja y
tirado por bueyes mientras un guerrero a caballo o un druida se cruzan con él.
Rubén observando el Vall d'Oueil en Occitania |
Pueblos y aldeas poco habitadas,
iglesias construidas en lugares casi imposibles que respiran románico por todas
sus piedras. Gentes del terruño, sanos, amables, descendientes de pueblos
afables acostumbrados a vivir en la penuria nevada del invierno y del fragor de
la naturaleza en primavera y verano. Lugares de ensueño, algunos salvajes,
otros tranquilos, sin ruidos, donde las noches regalan el espectáculo de poder
contemplar un maravilloso cielo estrellado donde incluso se distingue la
nebulosa de nuestra vía láctea. Gastronomía por exceso, con sabores de tierra y
pasto. Guisos sustanciosos que trasladan a aquellos tiempos de grandes
banquetes en la mesa de los señores y el pan y el cocido en la de los humildes.
Perfil de toda la prueba. "Sólo" 227km y más de 600 de desnivel acumulado |
Las crónicas de cada una de las etapas las puedes encontrar aquí:
ya sabia yo que las fotos me iban a poner los dientes muy largos, mas largos que un dia sin pan, me alegro que lo hallais disfrutado y penado a partes iguales, aunque despues solo quedan los recuerdos buenos
ResponderEliminarya estaba hechando en falta la cronica y fotos de este viaje, y es que te estabas currando el blog, grande muy grande